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La Chercha Deportiva

  • Raymond Avila
  • 17 ago 2016
  • 6 Min. de lectura

YANKEES DEDICAN PLACA A MARIANO RIVERA EN MONUMENT PARK

Mariano Rivera caminó hacia el podio colocado cerca del plato en el Yankee Stadium para sobre la placa que con su nombre estará en el Parque de Monumentos detrás del jardín central.

En un domingo de calor agobiante, el panameño apenas habló por tres minutos. El discurso a los fanáticos fue tan breve como muchas de sus actuaciones en relevo.

''Siempre le estaré agradecido a Dios por haber sido un Yankee'', dijo Rivera, apelando a la memorable frase de Joe DiMaggio.

Y luego se dio la vuelta y señaló a donde estaban sus ex compañeros de equipo y managers, todos sentados en sillas en el cuadro interior.

''Muchachos, ¡les dije que 5 minutos --ya está bien!'', exclamó antes de sonreír para seguir con su mensaje a los fanáticos. ''Muchas gracias. Los quiero a todos''.

El dueño mayoritario de los Yankees, Hal Steinbrenner, le entregó a Rivera una réplica de la placa durante la ceremonia de 25 minutos antes del partido del domingo que perdieron 12-3 contra los Rays de Tampa Bay. La codueña Jennifer Steinbrenner Swindal le entregó al ex relevista un anillo de oro blanco con el número ''42'' formado con diamantes.

Derek Jeter, Andy Pettitte, Jorge Posada y Bernie Williams estaban entre los ex compañeros de Rivera en el terreno para el tributo, junto con el manager Joe Girardi y el ex manager Joe Torre.

''Esto no lo hice yo solo. Fueron estos que están ahí'', dijo Rivera, señalando hacia al grupo. ''Sin ellos, yo no hubiera podido''.

Rivera, cuyo número fue retirado por los Yankees en 2013 durante sus últimas semanas como jugador, se despidió del terreno al tiempo que retumbaba 'Enter Sandman', la canción de rock pesado de Metallica con la que se le presentaba al ser llamado del bullpen en los partidos.

Estuvo para el primer lanzamiento ceremonial, que fue un strike que atrapó el receptor novato Gary Sánchez.

Rivera fijó récords con 652 salvamentos en la temporada regular, y 42 más en la postemporada.

Cumplió toda su carrera, desde 1995 hasta 2013 con los Yankees, y conquistó cinco campeonatos de la Serie Mundial. Podrá ser elegido para el Salón de la Fama en 2019.

Su placa será la 36 en el Parque de los Monumentos, que incluye siete monumentos. En una rueda de prensa previo al acto, dijo sentirse honrado de estar en el mismo rincón en el que figuran los nombres de Babe Ruth, Mickey Mantle, DiMaggio y Yogi Berra.

''Y ahora yo, una persona humilde de Puerto Caimito, Panamá, y el estar en ese grupo tiene un enorme significado'', afirmó Rivera.

STEVE MATZ COQUETO CON NO -HITTER FRENTE A LOS PADRES EN EL CITI FIELD

El espíritu de Carlos Beltrán aún permanece sobre el terreno de juego en Citi Field.

Cuatro años después de que Beltrán y los Cardenales de San Luis se convirtieron en la primera víctima de un juego sin hit en la historia de los Mets de Nueva York, el joven Steven Matz coqueteó con un no-hitter la tarde del domingo, perdiéndolo en la parte alta de la octava entrada con un out cuando el cubano Alexei Ramírez, de los Padres de San Diego, conectó un hit que picó encima de la raya delante de la primera base y rodó hacia el jardín derecho.

El lanzamiento número 105 fue el último para el novato en una tarde calurosa en la cual otorgó dos boletos y ponchó a ocho bateadores en ruta a la victoria de 5-1, la segunda al hilo de la novena neoyorquina tras haber perdido siete de sus últimos nueve partidos.

Los Mets ganaron partidos consecutivos por primera vez desde 6 y 7 de julio cuando derrotaron a los Marlins de Miami y los Nacionales de Washington, respectivamente.

Nueva York permaneció dos juegos detrás de los Marlins y los Cardenales por el segundo comodín de la Liga Nacional.

''Creo que una vez que llegas más allá que de la quinta entrada, todavía no hay hits en la pizarra, creo que es cuando comienzas a darte cuenta'', señaló Matz. ''Para mí, la quinta entrada es una entrada enorme para ir más allá de eso''.

El desempeño magistral de Matz quedó corto de ser el segundo no-hitter para la organización neoyorquina, que marcó el primero en su temporada número 51, cuando el venezolano Johan Santana se hizo cargo de los Cardenales la noche del 1 de junio de 2012.

Pero hasta hoy hay muchos que los dudan.

Santana logró recuperar un aliento cuando una línea conectada por Beltrán picó detrás de la almohadilla y encima de la raya en la parte alta de la sexta entrada.

Lo resto fue historia.

Matz inició el tercer y último duelo de la serie caminando a Travis Jankowski, tirándole cuatro lanzamientos consecutivos fuera de la zona de strike tras una ventaja de conteo de 0-1.

El chico de 25 años, que creció en un suburbio a 50 millas de distancia del estadio, abanicó a Wil Myers para el segundo out del inning y procedió a ponchar al venezolano Yangervis Solarte y el receptor boricua René Rivera prosiguió a atrapar a Jankowski intentando de robarse la segunda base para concluir la primera entrada.

Matz, quien en sus últimas 13 aperturas tuvo foja de 1-7, logró retirar los próximos 12 bateadores.

El nativo de Stony Brook, Nueva York, abrió el sexto inning fallando de retirar a Derek Norris, a quien había ponchado iniciando la tercera entrada, pero obtuvo el primer out por vía de una jugada de selección. El lanzador zurdo ponchó al bateador emergente, el panameño Christian Bethancourt, antes de salir ileso con otra jugada de selección.

El dirigente Terry Collins relató cómo inspeccionaba la pizarra y notaba que Matz había concluido la quinta entrada con 76 lanzamientos.

De pronto le vino a la mente aquella noche del 2012 cuando Santana hizo historia, necesitando 134 lanzamientos para completar el primer juego sin hit de su carrera, una temporada luego de someterse a una operación para reparar un desgarre en el frontal e inferior de la cápsula anterior del hombro izquierdo de pitchear.

Santana jamás fue lo mismo como pitcher en las Ligas Mayores, lesionándose de nuevo en agosto de ese año y más nunca volvió a pitchear.

El manager de los Mets tomó en cuenta la última apertura de Matz en la cual el chico batalló en las primeras dos entradas y que había realizado 120 lanzamientos en seis innings a pesar de que había estado cumpliendo sus salidas con un codo izquierdo afectado con espolones óseos.

''No puedo parar de mirar el panorama global y de repente no voy a sacrificar el próximo año de este muchacho por un inning adicional, especialmente cuando sabes que se estaba cansando, y como sabemos ahí es cuando las lesiones van a suceder cuando te estás cansando'', dijo Collins. ''Así que no iba dejar que eso sucediera. No tuve un número en mi mente para detenerlo. No iba a analizar la situación''.

Matz ponchó a Myers por tercera vez para iniciar la séptima entrada, sacó a Solarte con un elevado al jardín derecho antes de necesitar un lanzamiento, atrapando un rodado de Alex Dickerson mientras la fanaticada de 26,612 lo ovacionaban tras concluir el inning con 10 pitcheos.

El abridor, que fue seleccionado en la segunda ronda del sorteo de 2009, utilizó seis pitcheos para ponchar a Jabari Blash para el primer out de octavo episodio.

Con un conteo de 1-2, Ramírez tomó el cuarto lanzamiento, un cambio, logró ponerle el bate para disparar la pelota por encima de la primera base y hacia el prado derecho, rápidamente concluyendo una ejemplar labor de Matz.

''Un turno normal'', afirmó Ramírez a Raymond Avila De La Chercha Deportiva N.Y,. ''No creo que hice más allá de lo común. Concentrarme en un pitcheo y hacer un buen swing. Fue un pitcheo que me sentía cómodo y lo pude conectar bien''.

Los Padres, que debutaron en la temporada de 1969, nunca han logrado lanzar un juego sin hit a través de 7,605 partidos pese a que sus pitchers han tenido 28 juegos permitiendo un sólo hit.

Con cada lanzamiento que el receptor boricua Rivera le pedía a Matz desde el principio del partido, el segundo no-hitter de los Mets parecía ser inevitable.

''Ya cuando estábamos tarde en el juego, él estaba pitcheando muy bien y se sentía bien y se sentía fuerte'', dijo Rivera a La Chercha Deportiva N.Y. . ''Pues si hubiéramos sacado ese out, hubiéramos continuado a terminar el juego''.

Wilmer Flores, quien recibió la titularidad en la inicial y puso a los Mets en el marcador 1-0 con un jonrón en la segunda entrada, estuvo inconsciente del tipo de dominio que exhibía Matz cuando le dio un vistazo a la pizarra y vio el cero colocado debajo de la columna que marca los hits.

''Después de que sacó ese inning fue que de verdad pensé que tenía una oportunidad'', aseveró el venezolano a La Chercha Deportiva N.Y.. ''Desde el ángulo que yo estoy, no estoy cuidando la raya a un bateador derecho. De verdad que no sé qué tan cerca o tan lejos estuvo''.


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